La nota, dirigida al vicedirector de la escuela “Benjamín Matienzo” y coordinador de instituciones públicas del municipio, reflexiona acerca de lo sucedido en el acto conmemorativo por la gesta de Malvinas, el cual tuvo lugar días atrás en la ciudad y dejó una importante repercusión por lo sucedido.
LA NOTA:
Por medio de la presente quiero dejar aclarado, a usted y a la comunidad de Sunchales, que no me sentí molesto, ni hice ningún tipo de reclamo ni manifestación, por no haber sido reconocido como Veterano de Guerra por el ejecutivo municipal, del que usted forma parte.
Si hubo mucha gente disgustada, por ese hecho y por el desarrollo del acto. Pero en mi caso personal, no reclamé ni reclamaré nada.
Pero, como ciudadano de Sunchales, debo pedir disculpas al Padre Barón, al que nadie guió para que se integrara al marco de ceremonia, en el lugar que le correspondiese, ni fue invitado a bendecir la placa, o la plazoleta o a elevar una oración por los muertos en Malvinas.
También pido disculpas al niño, alumno de (a escuela técnica, al que nadie indicó que debla esperar a todos los que fueron convocados a descubrir la placa, de tal modo que los mismos pudiesen participar de este acto, provocando involuntariamente una situación incómoda.
Disculpas a las banderas de las instituciones presentes y a sus abanderados, que debieron retirarse en medio de la desconcentración general, sin que se les brindara el marco de respeto que como símbolos patrios, merecen.
Disculpas a los Sunchalenses combatientes de guerra muertos, y a sus familiares presentes, que no fueron comprendidos en ese reconocimiento.
También me resultó desagradable no solo que Usted se negara a facilitarme una copia de su discurso, sino la forma desconsiderada en que tratara a las personas que envié a solicitárselas. Esta actitud suya, me obligó a trabajar un poco más Sr. Werger, ya que debí recurrir a los medios para pedir copias de lo grabado.
Simplemente mi intención era tener conciencia real de sus dichos, para expresar mí sentimiento.
Si, me afectaron las palabras que usted expresara en ese acto.
Me entristeció profundamente cuando repitiendo dichos tomados un medio escrito dijo: “sentí que estábamos un escalón mas abajo de la naturaleza humana, el primer enemigo no eran los ingleses, sino el ejercito, después venia el clima y las bombas”.
Me pregunté porque usted como docente y funcionarlo municipal además, haciéndose eco de palabras de un tercero se permitía agredir a una institución.
¿Por qué se seguía agrediendo “al Ejército”?. Porqué seguimos destruyendo (las instituciones me pregunté) ¿Qué fin se persigue?.
En este momento, ya con más de 24 años de democracia, ¿no hemos comprendido la importancia de las instituciones en los sistemas democráticos?
Sería lo mismo que hoy yo, o la comunidad de Sunchales dijera: “La Municipalidad o el ejecutivo municipal, han organizado un acto bochornoso”. Cuando la responsabilidad recae desde ya en la máxima autoridad, que no la puede delegar; y en el funcionario de turno, que por negligencia, falta de responsabilidad, desconocimiento o mala intención actúe fallidamente.
Pero son hombres con nombre y apellido los responsables, no las instituciones.
Traté de justificarlo Señor Werger. No lo conozco, seguramente debe ser usted una buena persona. Debe ser usted muy joven, estimo alrededor de 35 años.
Entonces cuando se retornó a Ia democracia en el 83, estaría rondando los 10 años.
En consecuencia desde entonces escuchó una sola campana. Y le resultó normal la sistemática destrucción de nuestras instituciones. Y una historia maliciosamente distorsionada.
Y debo reconocer también la culpa, por el silencio de quienes tenemos obligaciones de luchar por la verdad, por la sociedad, por nuestros hijos; y generalmente quedamos callados.
Cuando usted dijo: “…todos aquellos soldados que amaban a las Malvinas, que se quedaron luchando solos, sin comida, sin abrigo y sin el apoyo de la mayoría de los oficiales que se llenaban la boca de patria y que sin embargo se retiraron del frente de batalla. A ellos y a cada uno de quienes vivieron…”
En ese momento, en mi carácter de oficial de la Armada Argentina, Aviador Naval y Piloto de Combate, Veterano de guerra me sentí muy mal. Y vinieron a mí memoria las muertes en combate de mis amigos, el Capitán de Infantería de Marina Pedro Giachino, los Capitanes y Tenientes de mí querida Aviación Naval, Zubizarreta, Marquez, Benitez, Miguel. Cuyas fotos Honran mi oficina.
A tantos otros oficiales de la armada muertos y heridos.
Recordé también oficiales amigos del Ejército y de la Fuerza Aérea que dieron sus vidas.
Usted ofendió sus memorias.
Posiblemente Sr. Werger algunos oficiales pudieron abandonar su tropa, estaquear soldados, o cometer iniquidades. Pero si los hubo, fueron los menos le aseguro. Donde me cupo actuar no lo vi. Y Si usted nos pregunta que pensamos de ellos quienes combatimos, sin lugar a dudas coincidiremos en que deben ser juzgados y sometidos a la pena que les corresponda.
Recuerdo en este momento un escrito del señor Abel Posse, que dice:
“Nos intoxican con películas de soldados llorones y capitanes sádicos. La interpretación de los cobardes sustituye la callada verdad de los guerreros.
Lo más grave del episodio de la Guerra de las Malvinas no es haber perdido lo que con el tiempo solo será una gran batalla, sino esto, la enfermedad de no saber defender lo que hicimos con la frente alta y con coraje de triunfadores y casi andar susurrando disculpas a los usurpadores, los enemigos.
Es cierto lo de la callada verdad de los guerreros.
Pero seguramente si nos preguntan a los que combatimos diremos que fue una guerra que no decidimos nosotros, pero si por una causa justa; que pasamos penurias, necesidades y sufrimientos propios de una situación de guerra, pero la mayoría coincidiremos que estamos orgullosos de haber participado. De haber combatido por un pedazo de nuestra Patria.
Podrá usted preguntar y comprenderá que la mayoría de los conscriptos combatieron con coraje y hoy no se lamentan con llantos. Y que la mayoría de los oficiales no fuimos sádicos y también combatimos.
Todos si, guardamos un respetuoso silencio.
Usted podrá ilustrarse sobre el comportamiento de nuestros oficiales, leyendo libros de los propios ingleses, de los que hay varios y coincidentes. Le sugiero también que lea, pese a su animadversión manifiesta para sus compatriotas “Desde el frente” del Contraalmirante ROBACIO, o “Comandos en Acción” de Ruiz Moreno o “La guerra de las Malvinas” del Cnl. Carlos LANDABURU, o “Exocet” de Nicolás Kasanzew. Y por supuesto mí oferta para un debate público y respetuoso.
Las escuetas y objetivas palabras del VGM Durando, fueron el fiel reflejo del sentimiento de los guerreros, no de los cobardes e indignos.
Contrastaron con el verborragico ataque a Galtieri de la Sra. Ravazzani y con su mensaje desacertado.
Según mí apreciación ambos perdieron conciencia del real sentido del acto.
Quiero expresar por último que no guardo ningún resentimiento, ni exijo disculpas. Con el acto de plantear mi postura me doy por satisfecho.
Sunchales es aún una ciudad pequeña, donde casi nos conocemos todos, un ámbito ideal para el respeto, para fortalecer valores ante un mundo que se degrada.
Y tomando palabras de un periodista amigo.
Lo invito entonces a replantearnos y recuperar valores que con frecuencia olvidamos y que a veces hasta traicionamos. Para así intentar recuperar nuestra verdadera historia, el respeto mutuo y sobretodo el respeto por nuestros símbolos y tradiciones.
Atentamente
Owen Guillermo Crippa
Teniente de Navío (RE)Aviador Naval V.G.M.
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